El sincretismo andino-cristiano se expresa en diversas ceremonias locales, especialmente en las fiestas patronales.
Cada localidad tiene un santo o una santa, patrono del pueblo. Además de esta divinidad protectora de la comunidad existen santos venerados en función de sus atributos milagrosos.
San Antonio, por ejemplo es el patrón de los llameros.
Existen leyendas como la que relata que la virgen de Guadalupe aparece en un riachuelo que cruza el pueblo de Aiquina.
La Candelaria es la fiesta de Caspana, aun cuando San Lucas es el patrón de la comunidad.
El alférez es el responsable ante la comunidad de la realización de la fiesta. Las mujeres de la casa del alférez deben preparar la cena llamada boda para servir a los invitados especiales.