Las mujeres yagan eran eximias fabricantes de cestería, para lo cual usaban juncos que entrelazaban hábilmente.
También se dedicaban a la recolección de moluscos. Además eran las que remaban mientras los hombres se dedicaban a la pesca.
Las mujeres se pintaban el rostro con tres colores: blanco, alrededor de los ojos, y el resto de la cara con líneas horizontales rojas y negras.
Ceremonias como el Chiejaus, tenían una pintura específica.
Hombres y mujeres usaban brazaletes hechos con cuentas de huesos de aves y conchas. Mientras los varones lo usaban sólo en los tobillos, ellas lo lucían tanto en las muñecas como en los tobillos.
En el mundo cotidiano, los mujeres yagan confeccionaban cestos, bolsas de cuero y vejigas, utilizadas como recipientes, además de lazos hechos de barba de ballena, según observó el cronista Bouganville.